Cuando un diente está muy destruído, es decir le falta gran parte de la corona anatómica, la reconstrucción con un simple "empaste" es insuficiente - los dientes sometidos a grandes fuerzas durante la masticación necesitan ser reforzados para que resistan dichas fuerzas. Por tanto se realiza una reconstrucción que se sujeta dentro de la raíz del diente mediante una espiga llamada perno. En la imagen se aprecia un diente con la corona muy dañada por caries:
Antes de colocar el perno se necesita hacer la endodoncia del diente y seguidamente se quita el relleno de gutapercha de al menos uno de los canales de la raíz creando un espacio para colocar el perno. En la imagen a la izquierda se ve como se crea el espacio para colocar el perno dentro de la raíz y la colocación del mismo. Luego se comprueba con una radiografía. Para todo el procedimiento es imprescindible usar el dique de goma:
El perno tiene el propósito de sujetar la reconstrucción. En la siguiente imagen se puede ver el diente reconstruido (a la izquierda, el diente del medio). La radiografía confirma el buen sellado final:
El trabajo no acaba aquí, la reconstrucción ahora bien sujeta con el perno necesita siempre ser protegida por una corona (funda). El resultado del tratamiento se comprueba periódicamente. En este caso, al año se ve que el diente está sano y lo más importante se ha podido salvar evitando su extracción.
El coste del tratamiento que incluye la endodoncia, reconstrucción y corona es inferior al de la colocación de un implante. Pero lo más importante es que se puede salvar el diente, y es que no hay nada mejor que un diente natural.