RAZONES PARA ACUDIR A UN DENTISTA PRIVADO FRENTE A SEGUROS O FRANQUICIAS


1. Por el trato personalizado: En las clínica del seguro o franquicia hay una alta rotación de personal. Para el paciente es muy importante que en el centro en el que se trata conozcan su caso a fondo y para ello es imprescindible que siempre le atiendan las mismas personas.

2. Por el nivel de formación de los doctores: Debido a la gran proliferación de dentistas como consecuencia de la apertura de universidades privadas, la odontología está masificada. Antes los dentistas recién licenciados eran contratados en clínicas privadas y en éstas iban adquieriendo experiencia poco a poco antes de tratar a pacientes avanzados. Actualmente los alumnos recién salidos son contratados por mutuas y franquicias que les exigen trabajar siguiendo protocolos muy estrictos en cuanto a rendimientos económicos, tiempos máximos de tratamiento o materiales utilizados.

-Esta forma de trabajar crea hábitos en el dentista joven que acaba por entender la profesión como una cuestión de márgenes económicos y así mide su agenda en función de cuántos dientes va a extraer, implantes colocar o piezas endodonciar, ya que de la cantidad de estos tratamientos tan agresivos depende su nómina a final de mes.

3. Por el componente vocacional frente al de negocio: En general, los nuevos dentistas se ven obligados a ejercer una odontología que se fundamenta en obtener el mayor margen de beneficio. Tanto las franquicias como las clínicas pertenecientes a mutuas son centros gestionados por empresas y no por médicos ni dentistas y que por lo tanto buscan un rendimiento económico. Los dentistas privados persiguen el mismo fin, pero el dentista tiene una vocación médica incuestionable que condiciona su forma de trabajar.

4. Por la calidad de los materiales utilizados. En general, el dentista privado utiliza materiales de mejor calidad que las franquicias o mutuas. La razón es simple: en nuestro caso, si las cosas salen mal la responsabilidad última es nuestra. Además, como profesionales de la salud sentimos placer ante el trabajo bien hecho capaz de ofrecer resultados predecibles a largo plazo. En otro tipo de centros el dentista es un empleado que no tiene absolutamente ningún tipo de poder de decisión sobre los materiales que se usan ni sobre como los usa; su labor obedece a cuestiones de otro tipo en los que la salud del paciente no es la única prioridad.

5. Por las garantías en los tratamientos:dicho lo anterior, generalmente en las consultas privadas el doctor se hace parcial o totalmente responsable de aquellos tratamientos que no funcionan tal y como se esperaba. Este tipo de situaciones son muy poco frecuentes cuando se trabaja de forma adecuada y con materiales adecuados y esa es la razón por la que nos podemos responsabilizar. Sin embargo, esto no puede ser así cuando la forma de trabajo es precaria y también lo son las condiciones. Las posibilidades de que algo salga mal son enormes y por eso este tipo de centros no se hacen responsables y esperan a que el paciente les denuncie (generalmente con poco éxito) o se vaya a otro centro dental.

+1. Porque en salud, lo barato suele salir muy, muy caro: No vamos a engañar a nadie, en los últimos años los centros privados hemos perdido gran parte de nuestros pacientes como consecuencia de la aparición y proliferación de mutuas y franquicias. Sin duda existe un grupo de pacientes que sale beneficiado de este hecho, son los pacientes sanos, sin problemas, quebuscan un centro en el que mantener su buen estado oral mediante limpiezas periódicas y algún que otro empaste como mucho.

Sin embargo, el paciente con un problema real ha ganado muy poco al acudir a estos centros. Por desgracia cada vez llegan más casos a las consultas de los dentistas “de toda la vida” debido a sobretratamientos o a tratamienos mal realizados en estos centros. La población sabe que la salud oral es un campo de la medicina que exige un diagnóstico preciso, la realización de un buen plan de tratamiento, una buena comunicación con el dentista para dejar claras las expectativas y las posibilidades y finalmente una capacidad adecuada de ejecución. Cada uno de estos pasos es imprescindible para llegar a buen resultado y el paciente debe tener derecho a ellos, pero obviamente también debe asumir que el precio es más elevado.

Nuestra recomendación es que en casos complejos el paciente busque más de una opinión y pida más de un presupuesto. Es tan cierto que en las mutuas y franquicias no es oro todo lo que reluce, como que en algunos centros privados los dentistas están desesperados y cobran barbaridades por hacer las cosas más simples.

Estos son tiempos difíciles que nos llevan a comportamientos arriesgados y absurdos, pero más que nunca en estos casos el paciente debe apelar al sentido común y a la búsqueda de información y el dentista a la empatía y al apego a su ética y moral.

Ana Echevarría, odontóloga